*Nota acerca de la reforma

LA DEMOCRACIA Y LA PARTICIPACIÓN TIENEN QUE IR JUNTAS

Intercomisiones avanza hacia la reforma de las Juntas

Por Miguel Reartes y Ariel Lede
(publicado en el semanario estudiantil Artículo/14, Nº22)

Luego de un año y medio de trabajo y discusión, INTERCOMISIONES presentó su proyecto de reforma de las Juntas Departamentales al Consejo Directivo que sesionó el pasado 16 de abril. Dicho Consejo se comprometió a iniciar el tratamiento del proyecto en la sesión del próximo jueves 6 de mayo. En esta nota compartimos algunas opiniones respecto de las formas y reformas del gobierno en la universidad.

El gobierno de las facultades y de la universidad se compone de dos instancias fundamentales: el co-gobierno y la gestión. Los distintos claustros (estudiantes, docentes, graduados y trabajadores no-docentes) “co-gobiernan” en el marco del Consejo Directivo tomando las principales decisiones que afectan a la vida académica cotidiana. Mientras que la gestión busca articular políticamente a los claustros y sus posturas en un proyecto totalizador. En el caso de nuestra facultad, que contiene diversas disciplinas organizadas en Departamentos, la gestión busca también articular la política de éstos últimos. En cada uno de los Departamentos, un Director ordena y dispone las orientaciones a seguir en cada carrera en articulación con la orientación general dispuesta por la gestión de turno. Para ello cuenta con una Junta Consultiva Asesora compuesta por profesores, graduados y estudiantes, cuya función central reside en “aconsejar” de un modo no vinculante al Director.

¿Por qué reformar las Juntas?
Porque las limitadas atribuciones que actualmente tienen, así como también su composición, obstaculizan una real participación de los claustros en la toma de decisiones. Si bien en ciertos Departamentos existe una gran apertura al diálogo y en algunos casos incluso se toman decisiones entre los 3 claustros, esto responde a una coyuntura particular y además no se ve en la mayoría de las carreras. Hay Juntas que funcionan con regularidad, que tratan varios temas y son participativas; pero hay otras que se reúnen pocas veces en el año, o que tratan pocos temas, dejando librados a la decisión unipersonal de los directores -sin el asesoramiento de las Juntas- los temas más problemáticos y controvertidos. Por eso, la reforma de la ordenanza de Juntas tendrá varios efectos positivos: ratificar las situaciones positivas ya existentes, corregir las negativas, y brindar un marco regulatorio que garantice la participación democrática en caso de un cambio regresivo en la coyuntura política.

El todo y las particularidades
Los fundamentos desde los cuales se entiende actualmente el gobierno parten de una perspectiva más general, propia de los sistemas políticos contemporáneos. La dimensión puramente individual de la representación que promueve el ideario liberal en muchas ocasiones avasalla las particularidades y las somete al imperio del todo. O más bien, a quienes hablan en nombre del todo. De este modo, en nuestra facultad la necesidad de proyectar rumbos y políticas globales –desde la gestión- puede convertirse en un fin en sí mismo, si éste se realiza en desmedro de la inclusión de los claustros en la posibilidad efectiva de tomar decisiones en el ámbito de cada campo disciplinario, elemento que si bien no desaparece, queda subordinado al primer objetivo. De esto se entiende lo siguiente: por más que los claustros sean incluidos en las decisiones atenientes a cada Departamento –y en la práctica esto ocurre muy a menudo- esta inclusión será siempre parcial, al estar enteramente condicionada por la buena voluntad y predisposición de los Directores de turno. Frente a esto puede decirse: “el todo no es caprichoso, responde a la necesidad de unidad política, de abordar cada una de esas ramas de conocimiento de un modo integral, y una independencia de los departamentos conllevaría a una fragmentación y un desequilibrio en el funcionamiento de la institución”. Esto sin lugar a dudas es cierto, pero de ningún modo contraria los objetivos de nuestra propuesta.

El fin que pretendemos con la reforma de la ordenanza que rige el funcionamiento de las Juntas Consultivas consiste no en otorgar un margen de acción ilimitado a las Juntas, sino en convertirlas en asesoras directas del Consejo Directivo, función que deben realizar en articulación con el Director del Departamento y no subordinadas al mismo. Nuestro planteo no implica invertir la ecuación de gobierno entre las carreras y la facultad, sino que apunta a lograr una mayor articulación y coordinación entre ambas instancias a la hora de trazar los rumbos a seguir, haciendo eje central en la necesidad de que sean los distintos actores que componen la comunidad académica los verdaderos protagonistas en la construcción de este horizonte político.